Me cuesta mucho definirme como artista, pero no tengo ningún pudor en hacerlo como feminista y reconocer que denuncio las injusticias y defiendo los derechos con los elementos que mejor se hacerlo y que algunas personas definen como arte de género.

Mi vocación se manifestó desde muy niña, se me propició un espacio donde nada era más apasionante que un cuaderno, un lápiz y una caja de pinturas para dar rienda suelta a la imaginación, sin restricciones, sin cortapisas, desde entonces es mi mundo, en el que sólo yo pongo las reglas y me puedo permitir cambiarlas a mi antojo.

Inspiración: Todas, casi siempre inconscientemente, estoy convencida de que todas las obras que admiro permanecen residualmente en mi subconsciente y las que yo realizo son, de alguna manera, la suma de todas las influencias. Por otra parte, también me empujan a crear las noticias que con demasiada frecuencia aparecen en los medios de comunicación, especialmente las relacionadas con la lacra que supone la violencia de género.

(Sobre el feminismo como ismo artístico..) En mi opinión es mucho más que un ismo. Hay un movimiento global feminista que es el más importante de este siglo y el arte participa de él en la misma medida que otros sectores, especialmente los relacionados con la cultura y la comunicación